Al momento de escribir esta nota el tema actual es el de USAID y la acusación contra el embajador Willian Popp de querer derrocar a Giammattei. Si vemos los acontecimientos desde un punto objetivo, se descubrirá la trama de los conceptos vertidos, estos solo encuadran dentro del círculo vicioso donde los están colocando.
En Guatemala se habla de democracia, pero lamentablemente salpicada del hambre, de la desnutrición, de la violencia y tantos descalabros más como la no colocación de recursos monetarios para que el pobre del campo tenga un soporte de inversión y no verse en la necesidad de migrar en busca de un mundo mejor que le permita un bienestar familiar.
Los préstamos y donaciones al pueblo no llegan se estancan dentro del redondel de captación y mala inversión donde se cacarea que todo está dentro de la legalidad, algo que es falso porque se conocen los mecanismos utilizados para engañar la fe de los ciudadanos, estos que careciendo de estudios entienden el conce.pto de acomodo que utiliza el gobierno para mantener un pueblo sumiso y maniatado a su merced dentro de sus intereses; para este logro sea impermeabilizado cortes colocando pilares estratégicos para que den impunidad y evitar investigaciones que desemboquen en cárcel o desprestigio; la verdad es que se sabe que todo es parte del tamal de enriquecimiento a costa del hambre que está azotando el país y los funcionarios hablando de subsidios que nada remedan, porque van en otra dirección.
Se habló, se sugirió que se bajaran los costos de ingreso a los combustibles y de otros enseres alimenticios, más eso no se hace porque no hay manejo de efectivo que es lo que interesa para moverlo hacia donde les conviene. Hay muchos eslabones sueltos que a dejado la corrupción pero como no hay LEY no se puede enjuiciar a quienes comercian con la pobreza del ser humano que necesita atención en la circunferencia de la nación; esta que ha sido botín de políticos improvisados que no vienen por dar bienestar a sus gobernados, si no tras la billetada servida por el legislativo cooptado para servir al ejecutivo.
Para un cambio los recovecos hay que enderezar, se ha visto que lo que hace el mico hace el mono, hay corrupción y la mayor parte quieren ser corruptos. La hermandad de qué hablo el Cristo se quedó atrás, sus huellas nadie quiere seguir.
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